¿Qué es la Tarta de Pollo sin Masa?
Un plato fácil para todos
¡Ay, la Tarta de Pollo sin Masa! Cada vez que la preparo en casa, me sale una sonrisa boba. Es que es de esas recetas que te alegran el día solo de pensar en lo sencillo que es hacerla y lo increíblemente rica que queda. Cuando la descubrí, pensé: “¿Pero cómo no se me había ocurrido antes esto?”. Es la solución perfecta para esos días de trajín en los que el tiempo en la cocina brilla por su ausencia, pero no queremos renunciar a comer algo casero y con un sabor de diez. De verdad, ¡es una maravilla!
Me encanta ver la cara de mis invitados cuando les digo que no lleva masa. Se quedan sorprendidos, y luego, con la primera cucharada, se les ilumina la mirada. Es un plato que engaña, porque parece más complejo de lo que realmente es. La frittata de batata y espinaca tiene algo de esa magia, pero esta tarta tiene ese punto reconfortante que a veces uno busca en la comida. ¡Es una “receta fácil” que se gana el corazón de cualquiera!
Perfecta para cualquier ocasión
Lo bueno de esta Tarta de Pollo sin Masa es que es un verdadero comodín en la cocina. Lo mismo te salva una cena improvisada con amigos, que te da la vida para llevarte al trabajo en el tupper. Yo la he preparado para cumpleaños informales, para esas meriendas-cena que tanto nos gustan o, simplemente, porque tenía antojo de algo rico y nutritivo. ¡Y siempre triunfa!
Es un plato que se adapta a ti, a tu ritmo, a tus ganas. Fresca en verano con una ensalada al lado o calentita en invierno, recién salida del horno. Me gusta pensar que cada vez que la hago, estoy creando un pequeño momento de alegría en la mesa. Y es que, ¿hay algo mejor que ver a los tuyos disfrutar de algo que has preparado con tanto cariño y tan poca complicación?
Ventajas de esta Tarta sin Masa
Rapidez en la cocina
Si hay algo que adoro de esta tarta es que te permite hacer magia en un abrir y cerrar de ojos. Al principio, reconozco que me costaba un poquito más, quizás unos 45 minutos. Pero, con la práctica y mientras suena mi lista de música más animada, la tengo lista para el horno en unos 20-25 minutos. ¡Es una auténtica “cena rápida” sin sacrificios!
En serio, la rapidez es una de sus mayores virtudes. Esas tardes en las que llegas con la energía justa para abrir la nevera, esta tarta te saca de un apuro con dignidad. No tienes que amasar, ni estirar, ni esperar. Es batir, mezclar y hornear. Y ese es el tipo de cocina que me gusta: la que te da más tiempo para disfrutar de la vida y menos para fregar cacharros. ¿A que suena genial?
Versátil y muy sabrosa
La Tarta de Pollo sin Masa es la definición de versatilidad. Puedes añadirle casi lo que quieras y siempre queda bien. Es como un lienzo en blanco esperando tus pinceladas de sabor. El pollo le da una base deliciosa, pero es el resto de ingredientes lo que hace que cada vez que la prepares sea ligeramente diferente y sorprendente.
Además de ser fácil de adaptar, es increíblemente sabrosa. La combinación de las verduras que elijas, el pollo tierno y la cremosidad de la mezcla de huevos y nata, coronado con el queso fundido… ¡Es que es una delicia para el paladar! Es un plato que nunca aburre porque siempre puedes darle un giro para que te sorprenda.
Ideal para aprovechar sobras
¿Quién no tiene por ahí un trozo de pollo asado que le ha sobrado, o unas pechugas que cocinaste de más? ¡Levanta la mano el que nunca haya pasado por eso! Pues bien, esta tarta es mi solución favorita para esos momentos. Es una forma maravillosa de “aprovechar sobras” y darles una nueva vida, transformándolas en algo completamente distinto y apetitoso.
Me hace sentir como una pequeña maga en la cocina, convirtiendo esos “restos” en un plato estrella. No hay nada más satisfactorio que abrir la nevera, ver esos ingredientes que languidecían y pensar: “¡Ah, pero si aquí hay una tarta esperando a nacer!”. Es una manera genial de evitar el desperdicio y, de paso, preparar una comida fantástica con muy poco esfuerzo. ¡Mi lado de “cocina casera” ahorrativa aplaude esta idea!
Ingredientes para tu Tarta de Pollo
La lista que necesitas
Aquí viene la parte divertida: los ingredientes. Lo mejor es que son cosas que normalmente tenemos por casa o que se encuentran fácilmente en cualquier supermercado. La clave está en la frescura, claro, pero no te estreses, porque el resultado siempre es espectacular. No tienes que complicarte la vida para comer rico, ¿verdad?
- 300 gramos de pollo cocido (asado, a la plancha, hervido… ¡el que tengas!)
- 1 cebolla mediana
- 1 pimiento rojo pequeño
- 200 ml de nata para cocinar (35% materia grasa, o ligera si prefieres)
- 4 huevos grandes
- 100 gramos de queso rallado (emmental, gouda, o la mezcla que más te guste)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra al gusto
- Un poquito de nuez moscada (opcional, pero le da un toque mágico)
- Mantequilla y harina para el molde (o papel de horno)
Qué pollo utilizar
Para esta receta, la verdad es que casi cualquier tipo de pollo que tengas cocinado te va a valer. Puedes usar pechugas de pollo que hayas hervido o cocinado a la plancha, pero si tienes pollo asado que te ha sobrado de una comida anterior, ¡es el momento perfecto para darle una segunda vida! Su sabor ya está concentrado y es una maravilla.
Me gusta desmenuzarlo con las manos o cortarlo en trocitos pequeños, así se reparte mejor por toda la tarta y cada bocado tiene su ración de jugoso pollo. Si vas a cocinarlo expresamente, te recomiendo unas pechugas a la plancha, bien salpimentadas. Pero insisto, lo mejor es lo que tengas a mano, ¡es parte del encanto de esta “Tarta de Pollo sin Masa” tan práctica!
Preparación Paso a Paso: Tarta de Pollo
Sofreír las verduras primero
Empezamos siempre con el sofrito, ¡es el alma de la fiesta! En una buena sartén, pon dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Cuando esté calentito, añade la cebolla picadita y el pimiento rojo en trocitos pequeños. A mí me gusta que se doren despacito, que suelten todo su dulzor. Si huele bien, sé que todo va por buen camino.
Déjalos pochar durante unos 8-10 minutos, hasta que estén tiernos y ligeramente caramelizados. Es el momento de añadir un pellizco de sal y pimienta. Esta base de verduras le da una profundidad de sabor increíble a nuestra Tarta de Pollo sin Masa. ¡Ya verás qué aroma tan delicioso inunda tu cocina!
Mezcla de huevos y nata
Mientras las verduras se enfrían un poco, en un bol grande, bate los huevos como si no hubiera un mañana. Queremos que estén bien espumosos. Luego, incorpora la nata para cocinar y una pizca de nuez moscada si te apetece. Sazona con sal y pimienta al gusto. La clave es conseguir una mezcla homogénea y cremosa.
A esta mezcla líquida, añade las verduras pochadas y el pollo desmenuzado. Remueve bien para que todos los ingredientes se integren a la perfección. Finalmente, incorpora la mitad del queso rallado a la mezcla. A mí me gusta que el queso esté por dentro también, no solo por encima. ¡Es parte del secreto para que cada bocado sea una fiesta!
El horneado perfecto
Ahora, coge un molde redondo (unos 22-24 cm de diámetro, de esos que usamos para el bizcocho), engrásalo con un poco de mantequilla y espolvorea harina, o fórralo con papel de horno, que es lo que hago yo casi siempre. Vierte la mezcla en el molde y reparte bien. Espolvorea el resto del queso rallado por encima.
Lleva el molde al horno, que ya habrás precalentado a 180 grados. Hornea durante unos 30-35 minutos, o hasta que la tarta esté doradita y firme. Cada horno es un mundo, así que estate atenta. Cuando salga, estará increíblemente aromática y apetitosa. Esos “minutos” de espera son los más difíciles, ¡lo sé!
Trucos y Consejos para tu Tarta
Evita que se pegue
¡Ah, el drama de que se te pegue algo al molde! Me pasó una vez con una tarta salada y casi lloro, de verdad. Así que desde entonces, soy una maniática con el tema. Para la Tarta de Pollo sin Masa, mi truco infalible es usar papel de horno. Lo recorto en forma de círculo para la base y una tira para los bordes. ¡Así sale siempre perfecta!
Si no tienes papel de horno, no pasa nada. Unta el molde generosamente con mantequilla (no seas tacaña, ¡que el sabor lo agradece!) y luego espolvorea una buena capa de harina. Asegúrate de que cubre bien toda la superficie y sacude el exceso. ¡Verás cómo se desmolda sin problemas y con una sonrisa en la cara!
Cómo saber si está lista
La verdad es que saber el punto exacto de cocción de una tarta como esta es más fácil de lo que parece. Lo primero es el color: tiene que estar doradita por encima, con el queso burbujeante y ligeramente tostado. Eso ya es una buena señal. Pero para asegurarte del todo, tengo un pequeño truco de la abuela.
Coge un palillo de brocheta (o un cuchillo fino) y pínchalo en el centro de la tarta. Si sale limpio, sin restos de masa húmeda, ¡voilà! Tu tarta está en su punto. Si sale un poco húmedo, dale unos minutos más en el horno. Una vez fuera, déjala reposar unos cinco o diez minutos antes de cortar. ¡Así asienta bien y no se desmorona!
Variantes de la Tarta de Pollo sin Masa
Otras verduras deliciosas
Lo que más me gusta de esta receta es que te invita a jugar en la cocina. Si eres de las que siempre tiene un poco de aquí y de allá en la nevera, ¡esta es tu oportunidad! Además de cebolla y pimiento, prueba a añadir calabacín rallado, champiñones salteados, espinacas frescas (rehogadas previamente para que no suelten demasiada agua), o incluso brócoli cocido en ramitos pequeños.
Cada verdura que incorpores le dará un matiz distinto y un extra de nutrientes. Imagina unos guisantes o unas judías verdes troceadas, ¡le dan un toque de color y dulzor súper rico! Es una forma fantástica de probar combinaciones y hacer la tarta única cada vez que la preparas. ¡No tengas miedo de experimentar!
Versión más ligera
Si te apetece disfrutar de esta delicia pero buscando una opción un poco más ligera, ¡es totalmente posible! Puedes cambiar la nata de cocinar por una versión con menos grasa o incluso por leche evaporada, que le dará cremosidad sin añadir tantas calorías. También puedes reducir la cantidad de queso o usar uno bajo en grasa.
Otra opción es añadir muchas más verduras a la mezcla. Cuantas más verduras pongas, menos espacio habrá para el pollo y el resto de ingredientes, haciendo la tarta más ligera y nutritiva. Y, por supuesto, acompañarla con una buena ensalada verde fresca es siempre un acierto. ¡Así puedes disfrutar sin remordimientos!
Otros quesos para probar
El queso es el toque final, el broche de oro de nuestra Tarta de Pollo sin Masa. Y aquí también hay un mundo de posibilidades. Aunque el emmental o el gouda son clásicos que siempre funcionan bien, ¿por qué no ser un poco atrevida? A mí me encanta usar una mezcla de quesos, por ejemplo, un poco de cheddar para un toque más intenso o un gruyère para un punto más sofisticado.
Si quieres darle un toque de carácter, puedes añadir un poco de queso de cabra desmenuzado, ¡le da un sabor increíble! O, si prefieres algo más suave, un mozzarella rallado funcionará de maravilla y se fundirá de lujo. Cada queso cambia por completo el perfil de sabor de la tarta, así que ¡a experimentar con tus favoritos!
Tiempos de Cocción y Porciones
Preparación en pocos minutos
Como ya te decía, la belleza de esta Tarta de Pollo sin Masa es su rapidez. Desde que sacas los ingredientes hasta que la metes en el horno, no te llevará más de 20 o 25 minutos si ya tienes el pollo cocido. Si tienes que cocinar el pollo, añádele otros 15-20 minutos. Pero créeme, el tiempo invertido es mínimo para la recompensa que obtienes.
Es el tipo de receta que puedes preparar mientras escuchas tu podcast favorito o pones una lavadora. Esos “pocos minutos” en la cocina se transforman en una comida casera deliciosa, perfecta para cualquier día de la semana. ¡Ideal para esas jornadas en las que el tiempo es oro y queremos algo rico sin complicaciones!
Cantidad para seis personas
Con las cantidades que te he dado, esta Tarta de Pollo sin Masa suele ser perfecta para alimentar a seis personas con raciones generosas. Si la sirves como plato único, quizás para cuatro se quede estupenda y sobren raciones para el día siguiente (¡lo cual es una maravilla!). Es una tarta contundente, pero a la vez ligera.
Si sois menos en casa, no te preocupes, ¡lo que sobra es un tesoro! Puedes guardarla en la nevera y disfrutarla al día siguiente. Incluso, si quieres, puedes doblar las cantidades y hacer dos tartas: una para comer al momento y otra para congelar. ¡Así siempre tendrás un as bajo la manga!
Preguntas Frecuentes de la Receta
¿Puedo congelar esta tarta?
¡Claro que sí! Esta Tarta de Pollo sin Masa es una candidata ideal para congelar, y es algo que hago a menudo para tener siempre una cena lista para esos días de pereza extrema. Te recomiendo que la congeles una vez que esté completamente fría. Puedes hacerlo entera o, si prefieres, cortarla en porciones individuales.
Para congelarla bien, envuélvela con film transparente y luego con papel de aluminio para protegerla de las quemaduras por frío. Te aguantará perfectamente en el congelador unos 2-3 meses. Cuando quieras disfrutarla, solo tienes que descongelarla en la nevera unas horas antes y luego calentarla en el horno.
¿Es apta para dietas?
Bueno, decir que es “apta para dietas” depende un poco de la dieta en cuestión, claro. Pero lo que sí puedo asegurarte es que es una opción bastante saludable, sobre todo si la comparamos con otras tartas saladas que llevan masa. Al no tener la base de harina, ya estamos reduciendo un buen pellizco de calorías y carbohidratos.
Además, como te decía antes, puedes hacerla más ligera usando nata baja en grasa, reduciendo la cantidad de queso o aumentando la proporción de verduras. Es una “cocina casera” que te permite jugar con los ingredientes para adaptarla a tus necesidades nutricionales. Así que, con unos pequeños ajustes, ¡puede ser una aliada perfecta para cuidarte!
Conservación de la Tarta sin Masa
Guardar en la nevera
Una vez que la Tarta de Pollo sin Masa se ha enfriado por completo, si te ha sobrado algo (¡cosa rara, porque suele volar!), lo mejor es guardarla en la nevera. Métela en un recipiente hermético o tápala bien con film transparente. Así se mantendrá fresca y deliciosa durante 3 o 4 días sin problema.
Es una opción fantástica para tener la comida preparada para varios días, especialmente para esos almuerzos en el trabajo o para una cena rápida cuando no tienes ganas de cocinar. La verdad es que hasta fría está rica, ¡así que tienes opciones para disfrutarla!
Calentar al día siguiente
Si la idea de una cena o un almuerzo ya listo y delicioso te suena a música celestial, ¡estás de suerte! Calentar esta tarta al día siguiente es súper sencillo y el sabor sigue siendo espectacular. Puedes darle un golpe de calor en el microondas durante un par de minutos si tienes prisa, aunque a mí me gusta más en el horno.
Si la calientas en el horno, precaliéntalo a 160 grados y hornea las porciones durante unos 10-15 minutos. Así recuperará esa textura doradita por fuera y tierna por dentro. Es la guinda del pastel de una receta tan versátil. Cada vez que la preparo, recuerdo por qué cocinar me da tanta alegría.





