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Cabutia Rellena al Horno

Martina Ávila

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Descubre la deliciosa Cabutia Rellena al Horno

Un plato fácil para sorprender

Hay ciertos platos que guardo con un cariño especial en mi recetario, y esta cabutia rellena es sin duda uno de ellos. Recuerdo la primera vez que la preparé para una cena con amigos, casi por improvisación, y el silencio que se hizo en la mesa mientras todos disfrutaban de cada bocado. Es una de esas recetas que, sin grandes artificios, consigue que la gente sonría, y eso, para mí, es la verdadera magia de la cocina. Me encanta porque es sencilla, acogedora y siempre, siempre, queda de maravilla.

Cuando pienso en esta cabutia, me viene a la mente el calor de casa en una tarde de otoño, con el aroma a calabaza y especias envolviendo cada rincón. Es un plato que reconforta el alma, perfecto para cuando queremos agasajar sin complicaciones, o simplemente darnos un capricho saludable y lleno de sabor. Es verdad que al principio me liaba un poco con los tiempos, pero ahora la hago casi con los ojos cerrados, y el resultado es siempre una alegría.

Por qué amar la calabaza cabutia

La calabaza cabutia, con esa piel dura que a veces nos intimida un poco, esconde un tesoro dulce y cremoso que me fascina. Su textura, una vez asada, es sedosa, casi como un puré, y su sabor ligeramente dulce combina a la perfección con casi cualquier relleno que le pongamos. Para esta receta, su dulzura natural es el contrapunto ideal a los sabores más intensos del relleno de quinoa y verduras, creando un equilibrio que a mí, personalmente, me enamora.

Además de ser deliciosa, esta calabaza tiene algo muy especial: su forma. Al partirla por la mitad, crea unos cuencos naturales que invitan a ser rellenados con cariño. Es como si la naturaleza nos diera la base perfecta para un plato único. Cada vez que la corto, pienso en lo generosa que es la tierra, dándonos estas maravillas que transformamos en auténticas delicias para compartir con quienes queremos.

Ingredientes clave para tu Cabutia Rellena

La lista completa que necesitarás

Para esta receta, me gusta elegir ingredientes frescos y de temporada, aunque siempre tengo mis básicos en la nevera. Aquí te dejo lo que suelo usar para que tu cabutia quede tan rica como la mía. No te asustes si te falta algo, la cocina es también cuestión de improvisar con cariño.

  • 1 calabaza cabutia mediana (aprox. 1,2 kg)
  • 150 g de quinoa (seca)
  • 1 cebolla mediana
  • 1 pimiento rojo pequeño
  • 1 calabacín pequeño
  • 2 dientes de ajo
  • 100 g de espinacas frescas
  • 50 g de queso rallado (emmental, mozzarella o el que más te guste para gratinar)
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1/2 cucharadita de comino molido
  • 1/2 cucharadita de pimentón dulce
  • Sal y pimienta negra al gusto
  • Unas ramitas de perejil fresco para decorar

Opciones para personalizar tu relleno

Aquí es donde entra la parte divertida y personal de la receta. Si hay algo que he aprendido en la cocina es que no hay reglas escritas en piedra. Si no tienes pimiento rojo, usa verde; si las espinacas no son tu fuerte, prueba con acelgas. Yo misma, a veces, le añado unos champiñones laminados que le dan un toque terroso delicioso.

También puedes jugar con las especias: una pizca de curry para un toque exótico, o un poco de orégano para un aire más mediterráneo. Recuerdo que una vez no tenía quinoa y usé arroz integral, y el plato quedó igualmente sabroso. Lo importante es que sientas que la receta es tuya, que la adaptas a tu gusto y a lo que tienes a mano en la despensa.

Prepara tu calabaza cabutia para rellenar

Cortar y hornear la calabaza

Este es el primer paso, y te confieso que al principio me costaba un poco. La cabutia es firme, así que tómate tu tiempo y usa un cuchillo bien afilado. Lo primero es lavarla bien y luego, con cuidado, córtala por la mitad a lo largo. Verás que tiene semillas y esas hebras que a mí me gusta quitar con una cuchara; no las tires, a veces las tuesto aparte para un snack.

Una vez limpias, rocía las dos mitades con un buen chorro de aceite de oliva, un poco de sal y pimienta. Luego, las colocamos con la parte cortada hacia arriba en una bandeja de horno. Para mí, el horno precalentado a 190°C (con calor arriba y abajo) es el secreto para que quede tierna. Así que, directas al horno por unos 40-50 minutos, o hasta que estén bien blanditas. Puedes comprobarlo pinchando con un tenedor; si entra sin resistencia, ¡listo!

Consejos para un horneado perfecto

Mientras la calabaza se hornea, la casa se llena de un aroma delicioso que me abre el apetito. Para que quede perfecta, un truco que aprendí es no asustarse si los bordes se doran un poco de más, eso le da un toque caramelizado que es una maravilla. Si ves que se empieza a tostar demasiado, puedes cubrirla con papel de aluminio. Y un consejo íntimo: si la calabaza es muy grande, puedes añadir un chorrito de agua en la bandeja para que genere vapor y se cocine más jugosa por dentro.

Un error común que me pasó una vez es sacarla antes de tiempo por impaciente. La cabutia necesita su tiempo para volverse tierna y dulce. No hay prisa. Cuando la saques del horno, deja que repose unos minutos. Con una cuchara, retira un poco de la carne de la calabaza, dejando un borde de aproximadamente un centímetro. Esa pulpa que sacas, guárdala, que la integraremos en el relleno. Es un gesto de cariño hacia el ingrediente, de aprovecharlo todo.

Elabora el sabroso relleno de quinoa y verduras

Sofríe las verduras con esmero

Mientras la calabaza está en el horno, yo me pongo con el relleno. Empiezo con un buen sofrito, que para mí es la base de muchísimos platos ricos. Pelo y pico la cebolla y los ajos finitos, y el pimiento rojo y el calabacín en dados pequeños. Caliento el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio y, cuando está caliente, añado la cebolla. Me gusta que se dore despacio, hasta que esté transparente y dulce. Es importante darle su tiempo, el resultado se nota.

Después de la cebolla, añado el pimiento rojo y el ajo. Dejo que se cocinen unos 5-7 minutos, hasta que estén tiernos y empiecen a oler de maravilla. En este punto, incorporo el calabacín y lo cocino unos minutos más. Finalmente, añado las espinacas frescas y las dejo que se pochen hasta que reduzcan su volumen. Aquí también puedes agregar la pulpa de calabaza que reservaste, ¡así aprovechamos todo el sabor!

Integra la quinoa y condimentos

Mientras las verduras se cocinan, la quinoa ya debería estar lista (la he cocido previamente según las instrucciones del paquete, siempre una parte de quinoa por dos de agua). Una vez cocida y escurrida, la añado a la sartén con las verduras. Es el momento de las especias, mis aliadas en la cocina.

Espolvoreo el comino molido y el pimentón dulce, que le dan un toque cálido y profundo al relleno. Un poco de sal y pimienta al gusto, y lo mezclo todo bien para que los sabores se integren. Recuerdo que una vez, por despiste, casi se me olvida el pimentón y el relleno no tenía el mismo brillo. Desde entonces, es un paso que nunca me salto. Si te animas, puedes añadir una pizca de nuez moscada, le sienta fenomenal a la calabaza.

Relleno y horneado final de la Cabutia

Cómo rellenar cada mitad

Una vez que tienes las mitades de cabutia asadas y el relleno listo, llega el momento de juntar la magia. Con una cuchara, voy rellenando generosamente cada cuenco de calabaza. Me gusta que el relleno quede bien compacto y con un poco de altura, como si la calabaza fuera un nido acogedor. Es un momento de esos que me llenan de satisfacción, ver cómo algo tan sencillo se transforma en un plato tan vistoso y apetitoso.

Asegúrate de distribuir bien el relleno en ambas mitades, presionando suavemente para que todo quede bien integrado. Si te sobra relleno, ¡no te preocupes! Puedes guardarlo en la nevera para usarlo al día siguiente en una ensalada o para acompañar unas tostadas. Nada se pierde en mi cocina, todo se transforma y se aprovecha con cariño.

El gratinado ideal con queso

Y para el toque final, que a mí tanto me gusta, un buen queso rallado. Espolvorea una capa generosa de queso sobre cada cabutia rellena. Yo suelo usar emmental o mozzarella porque se funden de maravilla y forman una costra dorada irresistible. Pero si eres de los que disfrutan con un toque más potente, un poco de parmesano rallado fino también queda espectacular.

Llevamos las cabutias de nuevo al horno, esta vez a 200°C (o con la función de gratinar si tu horno la tiene) por unos 10-15 minutos, o hasta que el queso esté bien fundido, burbujeante y con un bonito color dorado. Es el momento en que la cocina se impregna de un aroma inconfundible, y sabes que el plato está casi listo para alegrar la mesa. Es un plato que me recuerda a esos guisos de la abuela, con un toque moderno y personal.

Tiempos totales y porciones por plato

Calcula el tiempo de preparación

El tiempo en la cocina, para mí, es como el tiempo de un buen libro; a veces vuela y otras se detiene en los detalles. Para esta cabutia rellena, en mis inicios, me llevaba casi una hora entre preparaciones y esperas. Ahora, mientras suena mi lista de música favorita y bailo un poco entre fogones, la termino en unos 35-40 minutos de preparación activa, más el tiempo de horno.

Así, en total, desde que empiezo a cortar hasta que sale del horno, puedes calcular que estarás dedicándole a tu creación entre 1 hora y 1 hora y 15 minutos. Lo bueno es que gran parte de ese tiempo la calabaza está en el horno, dándote libertad para otras cosas o simplemente para relajarte un poco. Es un tiempo bien invertido, te lo aseguro, por el placer que te dará al probarla.

Cantidad de porciones sugeridas

Esta receta, tal como la he detallado, está pensada para servir a 2 personas si se considera un plato principal contundente. Cada mitad de cabutia es una porción generosa que te dejará satisfecho y feliz. Si la sirves como guarnición o para acompañar algo más ligero, podrías estirarla para 3 o incluso 4 personas, haciendo porciones un poco más pequeñas.

Si la idea es para una cena con más invitados, simplemente duplica las cantidades y usa dos calabazas. Recuerda que siempre es mejor que sobre un poco a que falte, y las sobras de esta cabutia están deliciosas al día siguiente, calentadas en el microondas o en el horno. Es un plato que se presta a la versatilidad y a adaptarse a tu mesa con mucho cariño.

Ideas y variaciones para tu Cabutia Rellena

Otras verduras que puedes usar

La belleza de esta cabutia rellena reside en su flexibilidad. Si eres de las que disfrutan experimentando con los sabores, te animo a probar otras verduras. Yo a veces, cuando tengo en la nevera, le añado trocitos de berenjena asada, o unos guisantes tiernos que le dan un toque dulce muy especial. Incluso unas setas variadas salteadas con un poco de tomillo, ¡quedan espectaculares!

No tengas miedo de probar. Recuerdo una vez que mi amiga Sara le puso un poco de brócoli cocido y quedó sorprendentemente rico. Es una excusa perfecta para usar esas verduras que a veces se quedan solas en el cajón y darles una nueva vida llena de sabor. La base de la calabaza es tan agradecida que casi todo le sienta bien.

Alternativas a la quinoa o el queso

Si la quinoa no te convence del todo, o si simplemente quieres variar, hay muchas opciones. El arroz integral, como te comenté, es una alternativa fantástica que ya probé. También puedes usar cuscús o incluso lentejas cocidas para un extra de proteína y fibra. Cada uno le dará un matiz diferente al relleno, pero siempre delicioso. Para mí, la clave es mantener esa base de hortalizas y especias que tanto me gusta.

En cuanto al queso, si prefieres una versión vegana, puedes usar un queso vegano rallado que funda bien o incluso un poco de levadura nutricional espolvoreada para un sabor umami. Si te gusta el toque ácido, un poco de feta desmenuzado al final le da una chispa maravillosa que complementa la dulzura de la calabaza. Es una receta para jugar y hacerla tuya, con el corazón.

Añade un toque crujiente especial

Para mí, el contraste de texturas en un plato es fundamental. Si quieres darle un toque aún más interesante a tu cabutia rellena, te sugiero añadir algo crujiente justo antes de servir. Unas nueces picadas o unos piñones ligeramente tostados en una sartén seca, espolvoreados por encima, le dan una dimensión extra que me encanta. También puedes usar unas semillas de calabaza o girasol para un toque nutritivo y con carácter.

Otra opción, si te animas, es picar unas hojas de salvia fresca y saltearlas un minuto en aceite de oliva hasta que queden crujientes. Ese aroma y esa textura son una maravilla. Recuerdo que vi esta idea en un Pinterest de recetas y me animé a probarla. ¡Fue un descubrimiento delicioso! Si te gusta la calabaza, no te pierdas esta bruschetta, otra joya.

Información nutricional de la Cabutia al Horno

Nota importante sobre sus valores

Siempre me preguntan sobre las calorías y los valores nutricionales, y aunque disfruto más pensando en el sabor y el placer de cocinar, entiendo que es importante. Esta cabutia rellena es un plato que considero bastante completo y equilibrado. La calabaza nos aporta fibra, vitaminas A y C, y antioxidantes. La quinoa es una proteína vegetal fantástica, con todos los aminoácidos esenciales, y las verduras nos llenan de nutrientes y más fibra.

Es un plato que, con los ingredientes que te he sugerido, es bajo en grasas saturadas (si usas queso moderado) y está lleno de cosas buenas. No me gusta obsesionarme con los números exactos porque cada ingrediente varía, pero te aseguro que es una opción saludable y deliciosa que nutre tanto el cuerpo como el alma. Para otra idea vegetariana y saludable, no te pierdas estas tortitas.

Cómo servir y disfrutar el plato

Para mí, la mejor forma de disfrutar esta cabutia es directamente del horno, cuando el queso todavía burbujea y los aromas lo inundan todo. Sirve cada mitad de calabaza en un plato individual, con un poco de perejil fresco picado por encima para darle un toque de color y frescura. Me encanta acompañarla con una ensalada verde sencilla, aderezada con una vinagreta suave, para equilibrar los sabores.

También es perfecta como plato principal en una comida informal o como un acompañamiento especial. Cada vez que la preparo y veo a mis seres queridos disfrutarla, recuerdo por qué cocinar me calma tanto y me conecta con la felicidad de compartir. Espero que esta cabutia rellena te llene el corazón tanto como a mí.

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