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Tepache Casero

Martina Ávila

Descubre el Tepache Casero

¿Qué es esta bebida?

¡Ay, amigos! Si hay algo que me vuelve loca en verano es toparme con una bebida que te despierta el alma, y este Tepache casero es justo eso. Para los que aún no lo conocéis, es como una poción mágica, una bebida fermentada tradicional mexicana que se hace con la cáscara de la piña. Sí, sí, ¡con la cáscara! Es una forma genial de aprovecharlo todo y de paso, crear algo espectacular.

La primera vez que me animé a probarlo, pensé: “¿Una bebida de cáscara de piña? ¿Esto va a saber a algo?” Y, ¡madre mía, si sabía! Es efervescente, un poquito dulce, un poco ácido… una fiesta para el paladar. Y lo mejor de todo es que hacerlo en casa es una aventura divertidísima, ¡y súper fácil!

Una opción refrescante

Con el calor que hace por aquí, siempre estoy buscando alternativas a los refrescos de siempre. Y creedme, el Tepache casero es un as bajo la manga que no falla. No solo es que te hidrate y te refresque de una forma que otras bebidas no consiguen, es que además tiene ese toque natural y exótico que lo hace único.

Es perfecto para un vermut improvisado en la terraza o para acompañar cualquier comida de verano. ¡Incluso para las tardes de cine en casa! Siempre tengo una jarra en la nevera, lista para cualquier momento. Es esa chispa que convierte un día normal en algo especial, ¡os lo aseguro!

Ingredientes para el Tepache

La piña, clave principal

Aquí es donde empieza la magia, con una buena piña. Elijo piñas bien maduritas, de esas que huelen a gloria solo con acercarte, porque sé que le darán el puntito exacto de dulzor y sabor a mi bebida fermentada. No necesitamos el centro, solo la cáscara y, si queréis, un poco de la fruta que se queda pegada, ¡pero sin pasarse! Cuanto más ecológica sea, mejor, así nos aseguramos de no añadir nada raro a nuestra fermentación.

Lo importante es que esté sana, sin golpes, y que la limpiemos a conciencia. Una vez se me ocurrió usar una piña que no estaba en su mejor momento y el `tepache` no quedó con esa chispa que tanto me gusta. ¡Error de principiante que no se repite!

Piloncillo y especias

El piloncillo, panela o chancaca es el alma dulce de esta bebida. Su sabor acaramelado es insustituible. Si no lo encuentras, el azúcar moreno integral puede valer, pero el piloncillo le da ese toque tan auténtico. Y luego las especias, ¡ah, las especias! Unos palitos de canela y unos clavos de olor le dan un aroma y un sabor que te transportan. Son pequeños detalles que marcan una gran diferencia, ¡como en todo en la cocina!

Agua, el vital elemento

Pues sí, el agua es fundamental. Y aunque parezca obvio, el tipo de agua importa. Yo siempre uso agua filtrada o embotellada, porque el cloro del grifo puede interferir en la fermentación y no queremos eso, ¿verdad? Queremos que nuestros microorganismos trabajen a gusto, creando esa burbujita tan rica. Es como darles un spa para que se sientan de maravilla y nos regalen el mejor Tepache casero posible.

Prepara tu Tepache Casero

Limpia bien la piña

¡Manos a la obra! Primero, lavamos la piña con agua y un cepillo. Queremos que esté impecable. Retira la corona y la base. Luego, con un cuchillo bien afilado, quitamos la cáscara, intentando dejarle un poco de la pulpa pegada; eso le da más sabor. Una vez se me pasó la mano y quité demasiada pulpa, y el fermentado no tenía la fuerza que me gusta. Así que, con cariño, pero sin excesos.

Coloca todas las cáscaras, y esos trocitos de pulpa, en un recipiente de cristal grande, de boca ancha. La limpieza es clave para que los fermentos buenos hagan su trabajo sin interrupciones. ¡Un paso sencillo pero vital para el éxito de nuestro `tepache`!

Mezcla los componentes

En el recipiente con las cáscaras de piña, añade el piloncillo (o azúcar moreno) y las especias: los palitos de canela y los clavos de olor. ¡Qué aromas empiezan a salir ya! Cubre todo con la mitad del agua, que no esté fría de la nevera, mejor a temperatura ambiente. Remueve un poquito para que el piloncillo empiece a disolverse.

Luego, cubre el recipiente con un paño limpio de cocina, de esos de algodón, y sujétalo con una goma elástica. No lo tapes herméticamente, que necesita respirar. Lo dejamos en un lugar cálido de la cocina, lejos de la luz directa del sol. Es como preparar una camita a la fermentación, ¡qué emoción!

Primer día de reposo

Y aquí empieza la espera, ¡la parte más emocionante! Durante el primer día, solo tenemos que observar. Veréis que no pasa gran cosa todavía, pero por dentro, la magia está empezando a gestarse. Los azúcares de la piña y el piloncillo se están despertando, y los microorganismos buenos están a punto de iniciar su festival.

A mí me encanta pasar por la cocina y darle un ojo, remover un poco con una cuchara de madera limpia y oler. ¡Es como una cuenta atrás para ver burbujitas! No os desesperéis si no veis mucha actividad al principio, ¡la paciencia es una virtud en el mundo de las bebidas fermentadas!

Fermentación del Tepache Casero

El segundo día crucial

¡Despertad, que la fermentación arranca de verdad! Al segundo día, deberíais empezar a ver unas burbujitas tímidas en la superficie. ¡Es la señal de que los microorganismos están trabajando a toda máquina! Removeremos la mezcla suavemente con una cuchara de madera, asegurándonos de que todo se mezcla bien y que no se forma moho en la superficie. Si ves algo extraño, como moho de color oscuro, ¡deséchalo y empieza de nuevo! Una vez me pasó, y me llevé un buen susto, ¡pero de los errores se aprende!

Este es el momento en el que el aroma empieza a transformarse. De un dulzor simple, pasa a tener ese toque ácido y profundo tan característico del Tepache casero. Es una gozada presenciar cómo un proceso tan natural crea sabores tan complejos.

Agrega agua restante

Después de esas primeras 24-48 horas, cuando las burbujas ya son una realidad, es el momento de añadir el agua restante al recipiente. Veréis cómo el volumen aumenta y la fiesta burbujeante continúa. Cubre de nuevo con el paño y la goma, y déjalo reposar un día más, o dos, dependiendo de la temperatura ambiente y de lo dulce o ácido que te guste. En mi cocina, con el calorcito de Andalucía, a veces en un día está listo, ¡pero en invierno necesita un poco más de mimos!

Prueba un poquito con una cuchara limpia cada 12 horas aproximadamente. Si está muy dulce, déjalo fermentar más. Si ya tiene un puntito ácido que te agrada, ¡es el momento de pasar al siguiente paso! Es cuestión de gusto personal, como cuando preparo mis panecillos caseros tiernos, siempre ajusto a mi paladar.

Filtrado final perfecto

¡Llegó el momento de la verdad! Una vez que el Tepache casero ha alcanzado el punto de fermentación que te gusta, es hora de colarlo. Para ello, usa un colador fino y, si quieres que quede súper limpio, un paño de algodón o gasa de cocina. Cuela la bebida directamente en una jarra o botellas de cristal limpias. Desecha las cáscaras y especias; ¡ya han cumplido su misión!

A mí me encanta este momento, cuando veo el líquido ámbar, brillante y con sus burbujitas. Es la recompensa a la paciencia y el cariño. ¡Ya casi está listo para disfrutar!

Tiempos de preparación totales

Preparación en minutos

Lo bueno del `tepache` es que el tiempo que realmente estás “cocinando” es mínimo. Al principio me liaba un poco y tardaba casi una hora en pelar y organizar todo, pero ahora, mientras suena mi lista de música favorita, la fase activa la termino en unos 20 o 25 minutos. ¡Es rapidísimo! La parte más “larga” es la limpieza de la piña, pero una vez que le pillas el truco, va sobre ruedas.

De verdad, no hay excusas para no probar a hacer esta bebida fermentada. Es una de esas recetas que te demuestran que con poco esfuerzo se pueden conseguir resultados espectaculares y llenos de sabor. ¡Y te lo digo yo, que a veces soy un poco impaciente!

Días de espera esenciales

Aquí es donde entra el factor paciencia. La fermentación del Tepache casero suele durar entre 2 y 4 días. Todo depende de la temperatura ambiente de tu cocina y de cuán ácido te guste el resultado final. En verano, con el calor, suele estar listo más rápido, a veces en solo 48 horas. En invierno, puede alargarse un poco más. Pero, ¡merece la pena la espera!

Esos días de “descanso” son cruciales para que los sabores se desarrollen, para que las burbujitas se formen y para que la bebida adquiera todas sus propiedades beneficiosas. ¡Es como esperar a que florezca una planta, pero con sabor a piña!

Beneficios del Tepache natural

Mejora tu digestión

Más allá de lo rico que está, este Tepache casero es una joya para el cuerpo. Al ser una bebida fermentada, está repleta de probióticos naturales, esos pequeños “bichitos” buenos que tan bien le hacen a nuestra flora intestinal. Yo lo noto un montón, sobre todo después de comidas copiosas. Me ayuda a sentirme más ligera y a hacer la digestión mucho mejor. ¡Es como un pequeño empujón para mi barriga!

Apoya salud intestinal

Cuando cuidas tu intestino, todo lo demás fluye mejor. Los probióticos del `tepache` ayudan a equilibrar la microbiota intestinal, lo que se traduce en una mejor absorción de nutrientes y un bienestar general. Es un pequeño gesto diario que le sienta fenomenal a tu salud. Además, ¿qué mejor manera de cuidarse que disfrutando de algo tan delicioso y natural?

Fortalece tus defensas

Y como si fuera poco, al tener una flora intestinal sana, nuestro sistema inmunológico también sale beneficiado. Consumir Tepache casero de forma regular puede ayudar a fortalecer nuestras defensas, preparándonos para los desafíos del día a día. Es como darle un pequeño escudo a nuestro cuerpo, ¡y todo esto con un sabor increíble! Mucho mejor que cualquier complemento vitamínico, ¿verdad?

Sirve y disfruta tu Tepache

Mejor con mucho hielo

¡Ahora sí que llega la mejor parte! Una vez colado, mete tu Tepache casero en la nevera para que se enfríe bien. A mí me gusta servirlo en vasos grandes, ¡con mucho hielo! Y si quieres darle un toque aún más festivo, una rodajita de piña o unas hojas de menta fresca le quedan de maravilla. Es un espectáculo para la vista y para el paladar.

Si te apetece experimentar, a veces le añado un chorrito de zumo de lima antes de servir, le da un puntito ácido que me encanta. Es como el toque final que le doy a mi té chai casero para que quede perfecto, ¡siempre hay espacio para un pequeño giro personal!

Rendimiento final alto

Lo bueno de esta receta es que con una sola piña y unos pocos ingredientes, obtienes una buena cantidad de Tepache casero. Normalmente, de una piña mediana, saco unos 2-3 litros de bebida. ¡Imagínate la cantidad de vasos refrescantes que tienes para disfrutar! Es ideal si tienes invitados o si simplemente quieres tener tu nevera bien abastecida para los días de calor.

Así que anímate, porque además de ser una bebida fermentada deliciosa, es muy económica y rinde un montón. ¡Es una alegría compartirla, como mis galletas de avena y arándanos que desaparecen en un santiamén!

Conservación del Tepache Casero

Mantén tu bebida fresca

Una vez que el Tepache casero está listo y colado, guárdalo en botellas de cristal bien cerradas dentro de la nevera. Así frenamos la fermentación y se conserva perfectamente durante unos 5-7 días, manteniendo todo su sabor y sus propiedades. Verás que puede que siga produciendo alguna burbujita, ¡es completamente normal! De vez en cuando, abre las botellas para liberar un poco de presión.

Si lo dejas fuera de la nevera, seguirá fermentando y se volverá más ácido y con un toque alcohólico más pronunciado, ¡casi una cerveza de piña! Pero para disfrutarlo como bebida refrescante, la nevera es su mejor amiga.

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Información nutricional

Bebida baja en calorías

Una de las cosas que más me gustan del Tepache casero es que es una alternativa fantástica a los refrescos industriales llenos de azúcares y calorías vacías. Con la fermentación, gran parte del azúcar se transforma, así que terminamos con una bebida bastante más ligera y natural. Es un gustazo saber que estás disfrutando de algo delicioso sin sentirte culpable, ¡porque cuidarse es también darse caprichos!

Sin conservadores artificiales

Y lo mejor de todo, ¡es completamente natural! Al hacerlo en casa, tenemos el control total de los ingredientes y nos aseguramos de que no lleva ningún tipo de conservante artificial, colorantes ni aditivos raros. Es pura piña, piloncillo, especias y agua. Un brindis por lo auténtico y por saber exactamente qué es lo que nos estamos llevando a la boca. ¡Viva lo casero!

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