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Pierde 20 lbs con Pollo a la Crema

Martina Ávila

Descubre el Exquisito Pollo a la Crema

Un Clásico de la Cocina Fácil

Siempre pienso que hay recetas que nos acompañan a lo largo de la vida, como si fueran viejos amigos que siempre nos reciben con los brazos abiertos. Para mí, el pollo a la crema es uno de esos platos. Me trae tantos recuerdos de las tardes en casa de mi abuela, con ese olor inconfundible que inundaba la cocina. Es un plato que siempre me parece perfecto, ya sea para una cena especial o para un día cualquiera en el que busco algo reconfortante y fácil de preparar.

No es de esas elaboraciones que te exigen estar horas y horas pegada al fuego; más bien, te permite disfrutar del proceso, del aroma que empieza a desprenderse desde el primer momento. Y lo mejor de todo es que, con muy pocos ingredientes, puedes conseguir un resultado espectacular que siempre triunfa. Es la magia de la cocina casera, ¿verdad?

Por Qué Amarás Esta Receta

Sé que te enamorarás de este pollo a la crema porque es puro confort en un plato. La cremosidad de la salsa, lo jugoso que queda el pollo… es una combinación que siempre apetece. Además, es increíblemente versátil; puedes adaptarla a lo que tengas en la nevera o a los gustos de los tuyos. Es de esas recetas que te dan mucha libertad y un montón de alegrías.

A veces, cuando tengo un día largo, solo pensar en preparar esta receta me ayuda a relajarme. El simple acto de picar las verduras, dorar el pollo en la sartén y ver cómo la salsa va cogiendo cuerpo, es terapéutico. Te aseguro que, una vez la pruebes, se convertirá en una de tus favoritas, como lo es para mí y para toda mi familia. Es un abrazo en forma de comida, de verdad.

Ingredientes Clave para tu Pollo a la Crema

Lista Completa de Compras Esenciales

Para esta delicia, no necesitas nada del otro mundo. La belleza de la cocina reside a menudo en la simplicidad de lo que usamos. Aquí tienes lo que yo siempre tengo a mano para este plato, con esas cantidades que me funcionan tan bien en casa:

  • 4 pechugas de pollo (unos 600-700 gramos), cortadas en trozos medianos
  • 1 cebolla mediana, picada finita
  • 2 dientes de ajo, también picados o laminados
  • 200 ml de nata para cocinar (con un 18% de materia grasa está perfecta)
  • 100 ml de caldo de pollo (casero si tienes, si no, uno de buena calidad)
  • 50 ml de vino blanco (uno que te guste beber, que siempre da un plus)
  • 30 gramos de mantequilla sin sal
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta negra recién molida al gusto
  • Unas ramitas de perejil fresco para decorar

Consejos para Elegir Buenos Productos

Cuando cocino, siempre intento elegir ingredientes que me den confianza, porque al final, el sabor final depende mucho de ellos. Para el pollo, me gusta que sea fresco, de corral si es posible, porque la textura y el sabor son incomparables. Las pechugas son mi elección por su versatilidad y porque se cocinan rápido, aunque con muslos deshuesados también queda genial.

En cuanto a la nata, no escatimes. Una buena nata para cocinar, con su porcentaje de grasa adecuado, marcará la diferencia en la cremosidad de la salsa. Y el aceite de oliva, ¡fundamental! Un buen virgen extra no solo sirve para freír, sino que aporta un aroma y un gusto que realzan cualquier plato. Son pequeños detalles que, te lo prometo, se notan en cada bocado.

Prepara tu Pollo a la Crema Fácilmente

Guía Detallada Paso a Paso

No te asustes con las recetas largas; esta es mucho más sencilla de lo que parece. Mi forma de empezar siempre es preparar el pollo. Lo corto en trozos de bocado, los salpimento bien por todos lados y los dejo reposar un momentito. Así cogen el saborcito antes de pasar por la sartén.

Después, en una buena sartén grande, pongo la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva a fuego medio-alto. Cuando está caliente, doro el pollo por tandas hasta que esté bien dorado por fuera. No hace falta que se cocine del todo por dentro, solo buscamos ese colorcito que le da tanto gusto. Lo retiro y lo reservo en un plato, con todos sus juguitos.

En la misma sartén, con los restos del pollo, añado la cebolla picada y la dejo pochar a fuego suave hasta que esté blandita y transparente. A veces me gusta añadir un poquito más de aceite si veo que la sartén está muy seca. Luego, es el turno del ajo. Lo incorporo y lo dejo un par de minutos más, vigilando que no se dore demasiado para que no amargue.

Secretos para un Sofreído Perfecto

El sofrito es la base de todo, la verdad. Si huele bien, sé que todo va por buen camino. Mi secreto para un sofrito perfecto es la paciencia. No hay prisa. Dejar que la cebolla se cocine a fuego lento, que caramelice un poquito, es lo que le da esa profundidad de sabor tan rica a la salsa. También me gusta añadir un poquito de sal a la cebolla al principio; ayuda a que suelte su agua y se poche mejor.

Otro truco que aprendí de mi tía es desglasar la sartén con el vino blanco. Una vez que la cebolla y el ajo están listos, vierto el vino y raspo el fondo con una cuchara de madera para levantar todos esos trocitos caramelizados que se han quedado pegados. Esos pequeños tesoros son puro sabor y le dan un toque especial a la salsa. Lo dejo reducir un par de minutos para que el alcohol se evapore y listo.

Ahora es el momento de añadir el caldo de pollo y la nata. Lo vierto todo en la sartén, remuevo bien y dejo que la salsa empiece a hervir suavemente. Justo en este punto, vuelvo a incorporar el pollo reservado con sus jugos. Bajo el fuego y lo dejo cocinar todo junto unos 10-15 minutos, hasta que el pollo esté tierno y la salsa haya espesado un poquito. Pruebo y ajusto la sal y la pimienta si es necesario. Al final, un poco de perejil fresco picado por encima le da el toque final de color y aroma.

Tiempos de Cocción y Porciones Ideales

Planifica tu Comida Rápidamente

Una de las cosas que más valoro en la cocina es poder disfrutar sin agobios. Con esta receta de pollo a la crema, planificar la comida es un placer. Desde que sacas los ingredientes de la nevera hasta que lo sirves en la mesa, no tardarás más de 35-40 minutos. Es perfecto para esos días entre semana en los que quieres comer bien pero el tiempo apremia. Al principio, me costaba un poco más, quizás unos 50 minutos, pero con la práctica, he cogido el truco.

El truco está en tenerlo todo picado antes de empezar y seguir los pasos con calma, pero sin pausas excesivas. Mientras se dora el pollo, puedes ir picando la cebolla si no lo hiciste antes, o preparar el acompañamiento. Es una coreografía que, una vez la dominas, se vuelve casi automática y muy gratificante. Así, cocinar no se siente como una obligación, sino como un momento de disfrute.

Cuántas Raciones Podrás Servir

Con las cantidades que te he dado, este pollo a la crema rinde para unas 4 personas de forma generosa. Siempre me gusta que haya suficiente para todos y, si sobra un poco, ¡mucho mejor! Así, al día siguiente, tienes una comida lista que, te lo aseguro, está igual de rica o incluso más.

Si sois más en casa o quieres preparar para varios días, solo tienes que duplicar las cantidades. Es una receta que escala muy bien, así que no tendrás problema. Y si te preguntas si los niños la comen, en mi experiencia, ¡les encanta! La salsa cremosa es un éxito asegurado con los más pequeños.

Pollo a la Crema y el Arte de Cuidarse

Análisis de Calorías por Porción

Cuando cocino, me gusta disfrutar de lo que como, pero también ser consciente de lo que pongo en mi plato. El pollo a la crema, aunque suene indulgente, puede encajar perfectamente en una dieta equilibrada. Una porción de esta receta, tal como la preparo, ronda las 350-400 calorías, dependiendo del tamaño del pollo y la cantidad de salsa que sirvas. Esto lo convierte en una opción muy razonable para una comida principal, especialmente si lo combinas con el acompañamiento adecuado.

Es importante recordar que el pollo es una excelente fuente de proteínas magras, y la nata, aunque aporta grasa, es una parte esencial para esa textura reconfortante. No hay que temerle a las grasas saludables en su justa medida; son necesarias para nuestro cuerpo y para disfrutar plenamente de la comida. La clave, como siempre, está en el equilibrio y la moderación.

Adaptaciones para tu Dieta Saludable

Si estás cuidando la línea o simplemente buscas opciones más ligeras, esta receta es muy agradecida con las adaptaciones. Por ejemplo, puedes usar nata con menos porcentaje de grasa, aunque te advierto que la cremosidad no será la misma, pero el sabor seguirá siendo delicioso. Otra opción es sustituir parte de la nata por leche evaporada o incluso una mezcla de caldo y un poquito de queso crema light para espesar.

También puedes reducir la cantidad de mantequilla y usar un poco más de aceite de oliva, que siempre es una opción más saludable. Y, por supuesto, la elección del acompañamiento es fundamental. Te daré algunas ideas más adelante para que el conjunto sea una comida completa y nutritiva sin sentirte culpable. Se trata de encontrar el punto justo para que disfrutes cuidándote.

Trucos para un Pollo a la Crema Impecable

Cómo Espesar la Salsa Perfectamente

A veces, la salsa puede quedar un poco líquida, y es una pena, porque la gracia del pollo a la crema es esa textura envolvente. Si te pasa esto, tengo un par de trucos infalibles. El primero es dejar que la salsa reduzca a fuego suave un poco más de tiempo. La paciencia es una virtud en la cocina, y darle unos minutos extra puede hacer maravillas.

Si aún así no espesa a tu gusto, puedes disolver una cucharadita de maicena en un par de cucharadas de agua fría y añadir esta mezcla a la salsa mientras remueves. Al cabo de un minuto o dos, verás cómo espesa mágicamente. Pero ojo, no añadas demasiado, es mejor ir poco a poco. Otra opción es añadir una cucharada de queso crema al final, se derrite y aporta cremosidad y cuerpo sin alterar mucho el sabor.

Evita que el Pollo se Seque

Un pollo seco es la peor pesadilla de cualquier cocinero. Para evitarlo en esta receta, hay un par de puntos clave. Primero, cuando doro el pollo al principio, solo lo hago hasta que esté dorado por fuera, no lo cocino del todo. Así, cuando vuelve a la salsa, termina de cocinarse lentamente y se impregna de todos los sabores, quedando jugoso por dentro.

Segundo, y muy importante, no cocines el pollo en la salsa durante demasiado tiempo a fuego alto. Una vez que la salsa hierve, baja el fuego al mínimo y déjalo hacer a fuego lento. El calor suave es el amigo del pollo tierno. Si lo dejas burbujear con fuerza durante mucho rato, el pollo se endurecerá. Confía en el proceso lento, te dará un pollo increíblemente jugoso y lleno de sabor.

Variaciones Creativas del Pollo a la Crema

Añade Champiñones o Hierbas Frescas

Me encanta experimentar en la cocina, y el pollo a la crema es una receta que invita a ello. Si te apetece darle un toque diferente, los champiñones son un acierto seguro. Los puedes saltear junto con la cebolla y el ajo, o añadirlos un poco antes de incorporar la nata. Le dan una textura deliciosa y un sabor muy otoñal que me encanta. Incluso unas setas variadas, si estamos en temporada, pueden convertir este plato en algo sublime.

En cuanto a las hierbas frescas, el perejil es el clásico, pero no te limites. El estragón, por ejemplo, le da un toque anisado y muy elegante, sobre todo si lo añades al final. El tomillo o el romero, en pequeñas cantidades, también pueden realzar el sabor. Una vez, me quedaba solo albahaca y la probé, fue un éxito inesperado. Anímate a jugar con los aromas que más te gusten.

Dale un Toque Picante a la Salsa

Si eres de los míos y te gusta un poquito de alegría en los platos, el pollo a la crema también acepta un toque picante. No se trata de que queme, sino de que tenga ese puntito que despierte las papilas gustativas. Yo suelo añadir una pizquita de cayena molida junto con la pimienta al principio, cuando salpimento el pollo o cuando estoy haciendo el sofrito.

Otra opción es añadir una guindilla pequeña, entera o en rodajas, cuando estás pochando la cebolla. La retiras antes de servir si no quieres que el picante sea demasiado intenso. O, si te gusta más el picante fresco, un poquito de jengibre rallado al final, junto con el perejil, le da un contraste sorprendente y muy rico. ¡Es cuestión de probar y ver qué te apetece ese día!

Cómo Disfrutar del Pollo a la Crema sin Remordimientos

Control de Porciones en tus Platos

Disfrutar de la comida es fundamental, pero saber escuchar a nuestro cuerpo y ser conscientes de las cantidades también lo es. Con el pollo a la crema, como con cualquier plato rico, la clave está en el control de las porciones. Una buena ración es aquella que te satisface sin dejarte pesado. Para mí, suele ser una pechuga de pollo cortada en trozos con una buena cucharada o dos de salsa.

Servir el plato en un cuenco o un plato hondo ayuda visualmente a que parezca más abundante. Y recuerda, no se trata de privarse, sino de comer con cabeza. Prestar atención a las señales de hambre y saciedad es una de las mejores herramientas que tenemos para disfrutar de la comida y mantener un equilibrio saludable en nuestro día a día.

Elige Acompañamientos Ligeros y Frescos

El acompañamiento es un aliado perfecto para hacer de este plato una comida más ligera y equilibrada. Olvídate del pan para mojar la salsa si buscas cuidarte un poco más. En su lugar, un buen plato de arroz basmati o integral, cocido en su punto, es una opción fantástica. O si eres más de vegetales, unas judías verdes al vapor o unos espárragos a la plancha le van de maravilla.

Mi elección favorita, si quiero algo fresco y crujiente, es una ensalada sencilla. Unas hojas verdes con un aliño ligero de limón y aceite de oliva rompen con la cremosidad del pollo y aportan un contraste delicioso. Así, disfrutas del sabor intenso del pollo a la crema sin sentir que te estás pasando. Es todo cuestión de buscar ese balance perfecto.

Con Qué Acompañar el Pollo a la Crema

Sugerencias para un Menú Completo

Este plato es tan versátil que puedes combinarlo con casi cualquier cosa para crear un menú completo y delicioso. Si quiero algo rápido y socorrido, un puré de patatas casero es mi elección. La suavidad del puré se mezcla de maravilla con la salsa cremosa del pollo, es un clásico que nunca falla. Otra opción son unas patatas asadas con hierbas, que le dan un toque más rústico y delicioso.

Si busco algo más ligero o quiero añadir más verdura, suelo preparar unos brócolis al vapor o una mezcla de verduras salteadas. Pimiento rojo, calabacín, zanahoria… lo que tenga en la nevera. Así, aporto color y nutrientes al plato. Y para los días que quiero ser un poco más festiva, un buen vino blanco seco y una ensalada de la huerta completan la experiencia.

Ideas para Complementos Sencillos

A veces, lo más sencillo es lo que mejor funciona. Unas buenas rebanadas de pan tostado, si no te estás cuidando, son irresistibles para mojar en la salsa. Pero si prefieres algo más fresco, como ya te decía, una ensalada verde con vinagreta de mostaza y miel es un contraste maravilloso. O incluso unos tomates cherry cortados por la mitad con orégano y un chorrito de aceite de oliva, rápidos y deliciosos.

En mi casa, cuando tenemos prisa, a veces lo acompaño con pasta corta, como unos macarrones o unas espirales. La salsa se adhiere perfectamente a la pasta y se convierte en un plato único súper reconfortante. Es un plato que se adapta a ti, a tu tiempo y a tus gustos, lo que lo hace aún más especial.

Almacenamiento y Recalentado del Pollo a la Crema

Conserva tus Sobras Correctamente

Si por casualidad te sobra algo de este delicioso pollo a la crema, ¡no lo tires! Se conserva perfectamente y está buenísimo al día siguiente. Lo primero es dejar que se enfríe completamente antes de guardarlo. Una vez frío, lo meto en un recipiente hermético y lo guardo en la nevera. Así aguanta sin problema unos 2-3 días. Es ideal para tener una comida lista en esos días que no te apetece cocinar.

Si quieres conservarlo por más tiempo, puedes congelarlo. Yo lo divido en porciones individuales antes de meterlo en el congelador, así puedo sacar solo lo que necesito. En el congelador, bien sellado, puede durar hasta 2-3 meses. Cuando lo vayas a usar, lo ideal es descongelarlo lentamente en la nevera la noche anterior.

Cómo Recalentar sin Perder Sabor

Recalentar platos con salsa cremosa a veces puede ser un desafío, porque tienden a separarse o a perder su textura original. Mi truco para el pollo a la crema es recalentarlo a fuego suave en una cazuela en la cocina. Le añado un chorrito extra de caldo de pollo o incluso un poco de leche si veo que la salsa está muy espesa, y lo remuevo constantemente hasta que esté caliente y cremoso de nuevo. Con cariño, recupera su esplendor.

Si lo recalientas en el microondas, hazlo en intervalos cortos y remueve bien entre cada uno para que el calor se distribuya uniformemente y la salsa no se corte. Y siempre, siempre, pruébalo antes de servir para asegurarte de que está perfecto de sal y pimienta. A veces, un toquecito de perejil fresco al final le devuelve la vida y el aroma. Es casi como volver a hacerlo desde cero.

Preguntas Frecuentes: ¿El Pollo a la Crema es para Mí?

Mitos y Verdades sobre la Receta

Hay quien piensa que el pollo a la crema es un plato pesado o demasiado complicado, y la verdad es que dista mucho de eso. El mito de que engorda mucho viene de la idea de la “crema”, pero como hemos visto, se puede adaptar y disfrutar con moderación. Y en cuanto a la dificultad, ¡todo lo contrario! Es una de esas recetas de “fondo de armario” que cualquier persona puede dominar con un poco de práctica.

La verdad es que es un plato increíblemente versátil, reconfortante y nutritivo. Aporta proteínas de calidad y, combinado con vegetales o arroz, se convierte en una comida muy completa. Así que sí, el pollo a la crema es para ti si te gusta comer rico, fácil y con ese toque casero que tanto nos llena el alma. En Pinterest siempre encuentro inspiración para darle toques nuevos.

Opciones de Carne para Variar

Aunque hablamos de pollo a la crema, la verdad es que la salsa es tan rica que puedes usarla con otras carnes si te apetece variar. Las opciones son muchas y el resultado siempre es delicioso. Por ejemplo, unas tiras de pavo quedan espectaculares, se cocinan igual de rápido y son una alternativa muy ligera. O si prefieres carne roja, unos medallones de solomillo de cerdo, sellados y luego terminados en la salsa, son una delicia total.

También he probado a hacerla con salchichas frescas cortadas en trozos, y a los niños les encanta. Incluso puedes ir más allá y, si te gusta el pescado, unos lomos de bacalao o merluza al vapor, cubiertos con esta salsa, son una opción más ligera y muy sabrosa. La clave está en adaptar los tiempos de cocción a cada tipo de carne o pescado. ¡Anímate a experimentar!

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