Esta tarta es un plato que evoca hogar, tradición y sabores que nos conectan con nuestras raíces. Desde su masa casera hasta su cremoso relleno de choclo y la suavidad de la salsa blanca, cada bocado de esta tarta de choclo y salsa blanca es una experiencia reconfortante. En este artículo, exploraremos la rica historia de este plato, sus variaciones y cómo prepararla paso a paso, asegurando que logres una tarta perfecta que deleite a todos en casa. Además, te daré consejos para que tu tarta de choclo y salsa blanca sea siempre un éxito rotundo, perfecta para cualquier ocasión.
Contenido
- 0.1 La Esencia de la Tarta de Choclo y Salsa Blanca
- 0.2 De la huerta a la mesa: El choclo como protagonista
- 0.3 La bechamel: El alma cremosa de la tarta
- 0.4 Dominando la Preparación: Secretos de la Masa y el Relleno
- 0.5 La Masa Perfecta: Base de una Tarta Inolvidable
- 0.6 El Relleno Sabroso: La Armonía de Choclo y Cebolla
- 0.7 La Salsa Blanca Perfecta y el Armado de la Tarta
- 0.8 Bechamel sin Grumos: El Secreto de la Suavidad
- 0.9 El Arte de Armar la Tarta: Uniendo los Sabores
- 0.10 Horneado y Presentación: El Broche de Oro de tu Tarta
- 0.11 El Horno: La Clave de una Tarta Dorada y Perfecta
- 0.12 Preguntas Frecuentes sobre la Tarta de Choclo y Salsa Blanca
- 0.13 Conclusión
- 1 Tarta de Choclo y Salsa Blanca
La Esencia de la Tarta de Choclo y Salsa Blanca
Recuerdo vívidamente las tardes en la cocina de mi abuela en nuestro pequeño pueblo andaluz. El aroma del maíz dulce cocinándose y el suave burbujeo de la bechamel se mezclaban en el aire, anunciando que se estaba preparando una de sus tartas más queridas. Era un plato sencillo, pero lleno de alma, una verdadera tarta de choclo y salsa blanca que sabía a hogar. Para mí, esta receta no es solo una combinación de ingredientes; es un legado, un pedacito de mi infancia y de las manos expertas de mi abuela que se han transmitido de generación en generación.
Cuando era niña, mi abuela me enseñaba a desgranan el choclo, con sus dedos hábiles y paciencia infinita. Decía que el secreto de una buena tarta de choclo y salsa blanca residía en la frescura de sus ingredientes y en el cariño que se le ponía a cada paso. Verla amasar la base, con esa delicadeza que solo las manos de una cocinera experimentada tienen, era una lección de vida. Aquellos días, con mis hermanas Lucía e Isabel, y a veces hasta mi hermano Carlos, jugábamos cerca, esperando ansiosamente el momento en que el dorado de la tarta nos indicara que ya estaba lista para salir del horno. La mesa se llenaba entonces de risas y el sabor inconfundible de una tarta que es mucho más que comida; es un abrazo, un recuerdo. Es por eso que, al preparar esta tarta de choclo y salsa blanca, siempre pienso en esos momentos, en el amor y la tradición que este plato representa para nuestra familia.
De la huerta a la mesa: El choclo como protagonista
El choclo, también conocido como maíz dulce, es el corazón de esta tarta, aportando dulzura y una textura única que la diferencia de otras preparaciones. Su versatilidad permite usarlo fresco, congelado o enlatado, adaptándose a cualquier temporada, aunque el fresco siempre aportará un sabor superior. La elección de un buen choclo es clave para el éxito de nuestra tarta de choclo y salsa blanca.
La bechamel: El alma cremosa de la tarta
La salsa blanca, o bechamel, es la compañera perfecta del choclo en esta tarta. Su cremosidad envuelve el maíz, unificando los sabores y aportando una jugosidad inigualable. Preparar una bechamel sin grumos y con la consistencia adecuada es fundamental, y se logra con un buen roux y la adición gradual de la leche. Este paso, aunque parece sencillo, requiere atención para obtener una salsa suave y sedosa.
Dominando la Preparación: Secretos de la Masa y el Relleno
La clave para una tarta de choclo y salsa blanca excepcional reside en la preparación cuidadosa de cada uno de sus componentes. No es solo seguir una receta, sino entender la razón detrás de cada paso, lo que te permitirá dominar este clásico. La masa, crujiente y delicada, sirve como el soporte perfecto para el cremoso y sabroso relleno, mientras que la salsa blanca une todos los sabores en una sinfonía culinaria. Aquí te guío a través de los detalles para que tu tarta de choclo y salsa blanca sea siempre una obra maestra.
La Masa Perfecta: Base de una Tarta Inolvidable
Para empezar, la masa es el cimiento de nuestra tarta de choclo y salsa blanca. Una masa bien hecha es suave, fácil de trabajar y, lo más importante, queda deliciosamente crujiente después de hornearse. Comienza tamizando la harina con una pizca de sal en un bol grande. Este paso, aparentemente menor, ayuda a airear la harina y a prevenir grumos, lo que facilita la integración de la mantequilla. Añade la mantequilla fría, cortada en cubos. Usa tus manos o un tenedor para mezclar hasta que la textura sea arenosa y quebradiza. Este método asegura que la mantequilla se incorpore de manera uniforme, creando pequeñas bolsas de aire que luego se convertirán en vapor al hornear, resultando en una masa hojaldrada.
Luego, agrega el huevo y, poco a poco, incorpora el agua fría. La clave aquí es añadir el agua cucharada a cucharada, mezclando justo hasta que se forme una masa unida. Evita amasar en exceso; si trabajas la masa demasiado, el gluten se desarrollará en exceso, lo que resultará en una tarta dura en lugar de tierna. Envuelve la masa en papel film y refrigérala durante al menos 30 minutos. Este reposo es crucial porque permite que el gluten se relaje y la mantequilla se enfríe, haciendo que la masa sea mucho más fácil de estirar y menos propensa a encogerse durante la cocción. Esta técnica asegura que tu tarta de choclo y salsa blanca tenga la base ideal. Si necesitas inspiración para otras masas, en dailyrecetas.com/panes/ puedes encontrar ideas para acompañar tus platos.
El Relleno Sabroso: La Armonía de Choclo y Cebolla
Mientras la masa reposa, es el momento de concentrarse en el relleno. La combinación de choclo dulce y cebolla sofrita es el corazón de esta tarta de choclo y salsa blanca. Calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego medio y añade la cebolla picada finamente. Sofríe la cebolla durante unos 5 minutos, o hasta que esté suave y transparente. Este paso es esencial para ablandar la cebolla y liberar sus sabores dulces, que complementarán perfectamente el choclo.
Una vez que la cebolla esté lista, incorpora el choclo desgranado a la sartén. Cocina durante 5 minutos más, revolviendo ocasionalmente para asegurar una cocción uniforme. Sazona con sal y pimienta al gusto. La sal realzará la dulzura del choclo, y la pimienta le dará un toque sutil pero perceptible. Retira del fuego y deja que el relleno se enfríe un poco. Es importante que el choclo no esté hirviendo cuando lo combines con los demás ingredientes, especialmente los huevos, para evitar que estos se cocinen prematuramente. Esta preparación cuidadosa del relleno es fundamental para que tu tarta de choclo y salsa blanca tenga un sabor equilibrado y delicioso.
La Salsa Blanca Perfecta y el Armado de la Tarta

Tarta de Choclo y Salsa Blanca
Una tarta de choclo y salsa blanca se distingue por la cremosidad de su relleno, y gran parte de esa textura se la debemos a una salsa blanca (o bechamel) impecable. Este componente, aunque clásico, requiere atención para asegurar que tu tarta tenga la consistencia deseada y un sabor suave que complemente a la perfección el dulzor del choclo. Dominar la bechamel es un paso crucial para elevar tu receta. Si buscas otras formas de usar salsas cremosas, te invito a explorar las opciones en dailyrecetas.com/salsas-y-marinados/.
Bechamel sin Grumos: El Secreto de la Suavidad
Para una salsa blanca sedosa que realce tu tarta de choclo y salsa blanca, comienza derritiendo dos cucharadas de mantequilla en una olla pequeña a fuego medio. Una vez derretida, añade dos cucharadas de harina de trigo. Este es el roux, la base de tu bechamel. Cocina la mezcla durante 1-2 minutos, revolviendo constantemente con una cuchara de madera o un batidor. Es vital que la harina se cocine para eliminar su sabor a crudo, pero sin que se dore demasiado; debe tomar un color ligeramente tostado. Esta cocción lenta y constante es la clave para evitar grumos y asegurar una base de sabor profunda para tu tarta de choclo y salsa blanca.
Ahora, el paso más importante: la incorporación de la leche. Poco a poco, vierte la leche fría, batiendo enérgicamente y sin parar. Este batido constante es fundamental para que la harina se disuelva uniformemente y no se formen grumos. Continúa cocinando a fuego medio, sin dejar de revolver, hasta que la salsa espese. Esto suele tomar entre 5 y 7 minutos. Notarás cómo la salsa se vuelve más densa y cubre el dorso de una cuchara. Finalmente, sazona con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada al gusto. La nuez moscada le da un toque aromático característico que eleva el perfil de sabor de la bechamel y, por ende, de tu tarta de choclo y salsa blanca. Retira del fuego y deja enfriar un poco antes de mezclarla con el resto del relleno.
El Arte de Armar la Tarta: Uniendo los Sabores
Con la masa reposada y el relleno listo, es momento de armar la tarta de choclo y salsa blanca. Este proceso es intuitivo y gratificante, ya que ves cómo todos los elementos se unen para formar el plato final. Primero, precalienta tu horno a 180°C (350°F). Mientras el horno se calienta, saca la masa del refrigerador. En una superficie ligeramente enharinada, estírala con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente medio centímetro. La masa debe ser lo suficientemente grande para cubrir el molde para tarta y dejar un pequeño excedente para los bordes.
Con cuidado, forra el molde con la masa estirada y pincha la base con un tenedor. Esto es un truco sencillo pero efectivo para evitar que la masa se infle durante la cocción y mantenga su forma. Hornea la masa por unos 10 minutos para pre-cocinarla. Este paso, conocido como “horneado ciego”, ayuda a que la base de la tarta de choclo y salsa blanca quede crujiente y no se ablande con la humedad del relleno. Mientras la base se pre-cocina, mezcla el choclo salteado, los dos huevos, el queso rallado y la salsa blanca en un tazón grande. Asegúrate de que todos los ingredientes estén bien incorporados y que la sazón sea la correcta. Vierte esta deliciosa mezcla sobre la masa pre-cocida, extendiéndola de manera uniforme con una espátula, lista para hornear hasta la perfección.
Horneado y Presentación: El Broche de Oro de tu Tarta
El momento de llevar al horno tu tarta de choclo y salsa blanca es la culminación de todo el esfuerzo y el cariño que has puesto en su preparación. Es aquí donde los sabores se fusionan, las texturas se asientan y la tarta adquiere ese irresistible color dorado que anuncia su perfección. El horneado adecuado es crucial para asegurar que el relleno quede firme y la base crujiente, resultando en una tarta que es un verdadero placer para el paladar y la vista.
El Horno: La Clave de una Tarta Dorada y Perfecta
Con el horno ya precalentado a 180°C (350°F) y el relleno de choclo, huevos, queso y salsa blanca bien distribuido sobre la masa precocida, es momento de introducir la tarta. Coloca tu tarta de choclo y salsa blanca con cuidado en el horno y hornea durante 30-35 minutos. El tiempo exacto puede variar ligeramente dependiendo de tu horno, por lo que es importante estar atento. Buscarás que el relleno esté firme al tacto y que la parte superior de la tarta adquiera un color dorado apetitoso. Este dorado es una señal de que los sabores se han concentrado y la tarta está en su punto óptimo. La paciencia durante este paso es recompensada con una tarta con un exterior ligeramente crujiente y un interior suave y jugoso, ideal para cualquier comida familiar.
Una vez que la tarta de choclo y salsa blanca esté lista, retírala del horno con cuidado. Es tentador cortarla de inmediato, pero resiste la tentación. Deja que la tarta repose y se enfríe durante unos minutos antes de cortarla y servirla. Este tiempo de reposo es esencial para que el relleno se asiente y la tarta mantenga su forma al cortarla, evitando que se desmorone. Sirve tu porción con orgullo, quizás acompañada de una ensalada fresca, para un almuerzo o cena reconfortante y lleno de sabor casero. Si te animas a explorar otras recetas con aves, podrías probar las que encuentras en dailyrecetas.com/aves/, que complementan muy bien con la versatilidad de la tarta.
Preguntas Frecuentes sobre la Tarta de Choclo y Salsa Blanca
¿Puedo usar choclo congelado para esta tarta?
Sí, puedes usar choclo congelado para la tarta de choclo y salsa blanca. Asegúrate de descongelarlo completamente y escurrir el exceso de agua antes de usarlo en el relleno para evitar que la tarta quede aguada.
¿Qué tipo de queso es mejor para la tarta?
Para la tarta de choclo y salsa blanca, puedes usar queso mozzarella rallado, queso fresco rallado, o una mezcla de quesos que se derritan bien, como el cheddar suave. La elección dependerá de tu preferencia personal y de la intensidad de sabor que busques.
¿Se puede preparar la masa con antelación?
Sí, la masa para la tarta de choclo y salsa blanca se puede preparar con antelación. Puedes guardarla envuelta en papel film en el refrigerador por hasta 2 días. También puedes congelarla por hasta 1 mes; si la congelas, descongélala en el refrigerador antes de usarla.
¿Cómo evito que la bechamel tenga grumos?
Para evitar grumos en la bechamel de tu tarta de choclo y salsa blanca, asegúrate de cocinar el roux (mantequilla y harina) por al menos 1-2 minutos antes de añadir la leche. Luego, incorpora la leche fría poco a poco, batiendo constantemente y enérgicamente para que la harina se disuelva uniformemente.
¿Se puede congelar la tarta una vez horneada?
Sí, la tarta de choclo y salsa blanca se puede congelar una vez horneada y completamente fría. Envuelve bien en papel film y papel de aluminio y congela por hasta 1-2 meses. Para recalentar, descongela en el refrigerador y calienta en el horno hasta que esté tibia.
Conclusión
La tarta de choclo y salsa blanca es mucho más que una simple receta; es una tradición culinaria que reconforta el alma y reúne a la familia alrededor de la mesa. Desde la minuciosa preparación de su masa hasta el cremoso relleno de choclo y la suave bechamel, cada paso contribuye a crear un plato lleno de sabor y calidez. Espero que esta guía te inspire a llevar esta deliciosa tarta a tu propia cocina y a crear nuevos recuerdos con tus seres queridos, tal como yo los guardo con mi madre, mi abuela, Manuel y mis hijos. Al final, la cocina es un acto de amor y compartir, y esta tarta es el ejemplo perfecto de ello. ¡Que la disfrutes!

INGREDIENTES
Para la masa:
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
- 2 tazas de harina de trigo
- 100 g de mantequilla fría, cortada en cubos
- 3-4 cucharadas de agua fría
Para el relleno:
- 3 tazas de choclo desgranado (maíz dulce)
- 1 cebolla mediana, picada finamente
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 100 g de queso rallado (mozzarella o queso fresco)
- 2 huevos
- Sal y pimienta al gusto
Para la salsa blanca (bechamel):
- 2 cucharadas de mantequilla
- 2 cucharadas de harina de trigo
- 1 ½ tazas de leche
- Nuez moscada al gusto
- Sal y pimienta al gusto
INSTRUCCIONES
- Paso 1: Preparar la Masa
- Mezclar los ingredientes secos: En un tazón grande, tamiza la harina de trigo con una pizca de sal. Añade la mantequilla fría en cubos y, usando las manos o un tenedor, mezcla hasta que la masa tenga una textura arenosa y quebradiza.
- Formar la masa: Agrega el huevo y, poco a poco, incorpora las cucharadas de agua fría. Mezcla bien hasta que se forme una masa suave pero firme. Si la masa está demasiado seca, añade más agua fría, una cucharada a la vez.
- Reposo en la nevera: Envuelve la masa en papel film y déjala reposar en el refrigerador durante al menos 30 minutos. Esto ayudará a que la masa se endurezca ligeramente y sea más fácil de estirar.
- Paso 2: Preparar el Relleno
- Sofreír la cebolla: Calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Añade la cebolla picada y sofríe durante aproximadamente 5 minutos, o hasta que esté suave y transparente.
- Agregar el choclo: Añade el choclo desgranado a la sartén con la cebolla y cocina durante 5 minutos más, revolviendo ocasionalmente. Sazona con sal y pimienta al gusto y retira del fuego. Deja enfriar un poco.
- Paso 3: Preparar la Salsa Blanca (Bechamel)
- Cocinar la mantequilla y harina: En una olla pequeña, derrite las dos cucharadas de mantequilla a fuego medio. Añade las dos cucharadas de harina de trigo y cocina durante 1-2 minutos, revolviendo constantemente con una cuchara de madera o batidor, hasta que la mezcla tome un color ligeramente dorado.
- Añadir la leche: Poco a poco, incorpora la leche, revolviendo constantemente para evitar la formación de grumos. Cocina a fuego medio, sin dejar de revolver, hasta que la salsa espese. Esto debería tomar unos 5-7 minutos.
- Sazonar: Añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada al gusto. La salsa debe quedar suave y sin grumos. Retira del fuego y deja enfriar un poco antes de usarla en el relleno.
- Paso 4: Armar la Tarta
- Precalentar el horno: Precalienta el horno a 180°C (350°F).
- Estirar la masa: Saca la masa del refrigerador y, sobre una superficie enharinada, estírala con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente ½ cm. Forra un molde para tarta con la masa estirada y pincha la base con un tenedor para evitar que se infle durante la cocción.
- Pre-cocinar la base: Hornea la masa durante 10 minutos para pre-cocinarla antes de añadir el relleno.
- Mezclar el relleno: En un tazón grande, mezcla el choclo salteado con los dos huevos, el queso rallado y la salsa blanca. Asegúrate de que todo esté bien incorporado y sazonado al gusto.
- Rellenar la tarta: Vierte la mezcla de choclo sobre la masa pre-cocida y extiende de manera uniforme con una espátula.
- Paso 5: Hornear la Tarta
- Hornear: Coloca la tarta en el horno precalentado y hornea durante 30-35 minutos, o hasta que el relleno esté firme y dorado en la parte superior.
- Dejar enfriar: Una vez que la tarta esté lista, retírala del horno y déjala enfriar durante unos minutos antes de cortarla y servir.
NOTAS
Consejos para una Tarta de Choclo y Salsa Blanca perfecta:
- Si el choclo es muy dulce, puedes ajustar la cantidad de sal en el relleno.
- Para una masa más rústica, puedes usar mitad harina integral y mitad harina de trigo.
- Experimenta con diferentes tipos de queso para el relleno, como gruyere o emmental, para un sabor más intenso.
- Si la parte superior se dora demasiado rápido, puedes cubrir la tarta con papel de aluminio durante los últimos minutos de cocción.
- Esta tarta es deliciosa tanto tibia como a temperatura ambiente.